De agosto del 2008 a octubre del 2009,
tuve la oportunidad de vivir lo que se convirtió hasta este momento de mi vida
en una de las experiencias más enriquecedoras tanto a nivel personal como profesional,
caracterizado por un inmenso aprendizaje
cotidiano de mi misma, de mi cultura y
de todo lo diferente y nuevo a lo que me enfrenté: lugar, gente, costumbres, hábitos, comportamientos, comida,
clima, escuela, etc., es decir, otra cultura.
El vivir y estudiar en Francia, me permitió tener un panorama más amplio
de su cultura y forma de vida, por lo que me encantaría poder compartir algunas de mis
apreciaciones durante mi estancia.
Yo estudié en la
Escuela Superior de Comercio de La Rochelle , en el programa
de Bachelor Internacional, y es aquí donde viene ¡mi primer “shock”! (y quisiera
aclarar que al llamarlo shock no hago referencia a un sentido negativo), ¡fisonomías
distintas!, ¡voces extrañas! ¡idiomas
diferentes a cada lado al que dirigía mi atención!: español, inglés, francés,
chino, alemán y otros más que no podía
ni siquiera identificar. Sí, ¡tomaría clases con personas de diferentes
nacionalidades!, eso me emocionaba bastante, nunca había tenido la oportunidad
de estudiar y convivir tan de cerca con una comunidad tan diversa. Pero no todo sería tan fácil como conocer
gente, por que ahora habría que convivir y trabajar juntos, trabajar en equipos donde
estaba con 2 chinos, 1 alemán, 3 franceses, 2 españoles, 2 inglesas, suena muy bien pero al poner las
cartas sobre la mesa resulta que todos y cada uno de los integrantes somos tan
diferentes en manera de pensar, y el
primer reto era ponerse de acuerdo, mucho estrés, mucho tiempo a invertir, ¡mucho
que aprender!
En cuanto al sistema educativo en el que me vi inmersa en mi escuela
francesa, me percaté de muchas diferencias respecto al sistema que había
llevado en Guanajuato. Por ejemplo, el
nivel de exigencia es mucho mayor, y el
ambiente es muy competitivo. Pero para mi sorpresa es muy raro que los estudiantes obtengan
excelentes notas, precisamente por el grado de dificultad.
La metodología de trabajo es más práctica que teórica y está muy orientada hacia la investigación, al
desarrollo de ensayos, artículos, proyectos, solución de problemas, etc., de
hecho muchos de los exámenes son sobre desarrollo de temáticas, opiniones
fundamentadas y aplicación práctica de lo visto en clase, no se trata tanto de
memorizar conceptos. Otro aspecto que quisiera mencionar es sobre la cuestión
del plagio, que es de suma importancia, ¡cero “copy paste” o “wikipedia”!,
realmente no estaba acostumbrada a investigar, ni conocía la metodología para
hacer citas, referencias o construir la bibliografía, y eso lo aprendí con un rotundo cero en un trabajo, ya que es considerada
una falta muy grave y sancionada.
Las clases son impartidas en
inglés y en francés, lo cual revolvió un poco mis neuronas en un principio
haciendo un divertido “frenchanglaispagnol”
pero que con el paso de algunas semanas cada uno fue tomando su lugar y me permitió
mejorar considerablemente mi aprendizaje
en idiomas. Algo que aprecié
mucho, fue el hecho de que tuve catedráticos casi todos con doctorado o
profesionales dentro de su campo de enseñanza ¡y lo mejor! de diferentes partes del mundo. Por
ejemplo, con un perfil impresionante, mi maestra favorita: Dra. Taran Patel, de India, especialista en “Management Intercultural”, ha trabajado en diferentes países como
Francia, España, Finlandia, Reino Unido, Estados Unidos, entre otros, y ha escrito
numerosos artículos, publicado libros, y solo como dato curioso su asesor de
tesis del doctorado fue un premio nobel.
En cuanto a los horarios de cursos me fue un tanto difícil adaptarme a su método, éste consiste
en cursos intensivos, es decir cada curso tiene una determinada duración de
horas y estas horas pueden ser cubiertas en una sola semana según la
disponibilidad de los catedráticos, por ejemplo, una misma materia 4 horas por
la mañana y 4 horas por la tarde por tres días consecutivos a la semana, era
demasiado para mi capacidad de atención y concentración en un mismo curso, puesto
que estaba acostumbrada a clases de máximo de 3 horas y con receso a la mitad.
No hay un plan establecido para los cursos, éste se consulta cada semana. Cada
alumno tiene una cuenta en el intranet de la escuela en donde podemos consultar
nuestros horarios, ver calificaciones, descargar archivos de las clases,
consultar ofertas de prácticas, contactar
profesores, etc.
En la escuela hay diferentes actividades, talleres y deportes, así como
una asociación de alumnos para los estudiantes internacionales que organizan
diferentes actividades de integración como fiestas o viajes. En general los
franceses tienen una actitud muy abierta hacia los estudiantes
extranjeros, lo cual creo que se debe a
que su formación consiste en dos años de expatriación en diferentes partes del
mundo. Sin embargo, el establecer una amistad no es tan fácil y lleva algo de
tiempo, puesto que en general son muy celosos de su vida personal. El famoso
“NO”, en México normalmente no estamos acostumbrados a dar como respuesta un NO
de manera directa, con frecuencia lo disfrazamos para no parecer descorteces,
pero estando en Francia me dí cuenta que para los franceses es de lo más normal
decirte NO cuando en verdad algo no les apetece, sin ser una descortesía.
Pero claro que no todo se trata de ir a la escuela, el ser estudiante en
La Rochelle implica
también la diversión. En
la Rochelle , hay varios
bares o pequeños antros, pero sobretodo
se acostumbran las fiestas en casas, donde son muy comunes las fiestas
internacionales.
Sin duda todas y cada una de las
vivencias acumuladas a lo largo de mi estancia se convierten en un gran aprendizaje,
que me ha hecho madurar, tener una visión distinta y más abierta
donde el obtener el segundo título profesional se convierte en un logro
secundario comparado con mi crecimiento personal.
Ale Saucedo Franco.
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