lunes, 26 de octubre de 2015

Mi experiencia en Corea del sur. Por: Kathia Vanessa García González

MI EXPERIENCIA EN COREA DEL SUR
Viajamos para cambiar, no de lugar, sino de ideas.

            Corea del Sur es un país situado al norte de Asia que limita al norte con la República Democrática Popular de Corea, al este con el mar de Japón, al sur el estrecho de Corea y al oeste con el mar amarillo. Cerró el 2014 con una población de 50 424 000 habitantes; considerando su superficie el país tiene una densidad de población muy alta, de 503 habitantes por kilómetro cuadrado.[1] Su capital es Seúl, su idioma es el coreano y, según las estadísticas del 2005, la mayoría de su población practica el budismo, seguido del protestantismo y después el catolicismo.[2]

En realidad sabía muy poco acerca del país cuando decidí solicitar mi intercambio a Corea del Sur, afortunadamente no me arrepiento en lo absoluto; considero que ha sido una de las mejores decisiones que he tomado.

Debo decir que la espera fue larga, mi carta de aceptación llegó a principios de diciembre del 2014 y yo pensé que ya no llegaría.

La visa, certificados médicos, pasaporte y demás documentos consumieron por completo mis últimos dos meses antes de partir, y el día llegó. La noche del 25 de Febrero del 2015 salí de mi casa con una maleta de 25 kilogramos, la cual era incapaz de cargar por mí misma; una mochila escolar que sería mi compañera de viaje por varios países y de la cual tendría que despedirme al culminar mi semestre; y, lo más importante, un montón de sueños por cumplir.

Viajé durante toda la noche con rumbo al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México para tomar mi vuelo a las 6:00 am del 26 de Febrero con destino a San Francisco, California ya que México no cuenta con vuelos directos a Corea del Sur ni viceversa. Posteriormente abordé mi segundo y último vuelo, el cual duró once horas; no estaba segura de que mis piernas reaccionaran después de tanto tiempo. Por la diferencia de horario (15 horas) llegué a las 5 pm a Corea el Viernes 27 de Febrero y personal de Dankook University ya esperaba por nosotros en el aeropuerto. Nos transportaron a lo que sería nuestro hogar durante cinco meses (dormitorios dentro del campus) y caí rendida inmediatamente.

Al lunes siguiente comenzaron las clases, la escuela organizó una plática informativa donde nos dieron a conocer puntos importantes sobre nuestra estancia en DKU. Debo decir que siempre nos trataron muy amablemente y procuraron nuestro bienestar.

Cursé tres materias en inglés, las cuales tenían un enfoque casuístico, lo cual me permitió adquirir los conocimientos de una manera más profunda. Los profesores eran de otras partes del mundo que, aparte de ser personas muy bien preparadas, compartían sus puntos de vista sobre los temas expuestos en clase y eso me permitió conocer cómo es que piensan personas con contextos completamente distintos al mío y a tolerar cuando discrepaban de mi pensar. Sin dejar de mencionar a mis compañeros de clase, los cuales me auxiliaron ante cualquier duda que tuviese y fueron muy hospitalarios conmigo. Además, cursé clases del idioma coreano; en lo particular era la clase que más disfrutaba pues estaba con mis demás compañeros de intercambio y las maestras que impartían la clase eran muy pacientes con nosotros.

La vida en el campus brindaba un ambiente muy ameno, las clases eran de 9 de la mañana a 5 de la tarde, lo cual permitía  tener la tarde libre para realizar otro tipo de actividades como deportes, asistir a algún taller cultural o simplemente salir a convivir con amigos.

Alrededor de la escuela había muchos restaurantes, cafés y bares en los que era normal encontrar a alumnos y maestros de Dankook; era seguro a cualquier hora, los niveles de delincuencia en Corea son muy bajos y las personas son muy respetuosas.

El tiempo pasó muy rápido, conocí personas que se volvieron mi familia durante mi estancia; amigos que espero conservar por mucho tiempo y, a muchos de ellos, volver a verlos en un futuro. Definitivamente hay un antes y un después de Corea, y es que no creo que sea el simple hecho de haber vivido en el extranjero, sino todo lo que ofrece ese bello país; una cultura de respeto, trabajo y esfuerzo. Fue un conjunto de lugares, personas y experiencias las que hoy me hacen añorar regresar y sé que lo haré, pues siempre se regresa al lugar donde se amó la vida. Me es imposible recordar en el transcurso de mi día algún momento vivido y, en seguida, soltar una sonrisa al aire. Al final, creo que fue Corea quien me eligió a mí y doy gracias por ello.


Kathia Vanessa García González




[1] (2015). Crece la población en Corea del Sur en 204.000 personas. 24 de Octubre del 2015, de Expansión Sitio web: http://www.datosmacro.com/demografia/poblacion/corea-del-sur
[2] (2015). Culto y Religión. 24 de Octubre 2015, de KOREA.net Sitio web: http://spanish.korea.net/AboutKorea/Korean-Life/Religion













jueves, 30 de julio de 2015

Doble Titulación LCI en Sup de Co.---Alejandra Saucedo---

De agosto del 2008 a octubre del 2009, tuve la oportunidad de vivir lo que se convirtió hasta este momento de mi vida en una de las experiencias más enriquecedoras  tanto a nivel personal como profesional, caracterizado por un inmenso  aprendizaje cotidiano de mi misma,  de mi cultura y de todo lo diferente y nuevo a lo que me enfrenté: lugar, gente,  costumbres, hábitos, comportamientos, comida, clima, escuela, etc., es decir, otra cultura.
El vivir y estudiar en Francia, me permitió tener un panorama más amplio de su cultura y forma de vida, por lo que  me encantaría poder compartir algunas de mis apreciaciones durante mi estancia.
La Rochelle, Francia es una ciudad pequeña ubicada sobre la costa atlántica, a sólo 3.5 horas de París. Esta ciudad pudiera ser comparada con Guanajuato, en el sentido de que es una ciudad turística, pequeña y con una gran cantidad de estudiantes. Algo característico de La Rochelle  es su cuidado al medio amiente, el uso de bicicletas y coches eléctricos es muy común, y el separar la basura es cosa obligatoria, además se trata de una ciudad muy segura.
Yo estudié en la Escuela Superior de Comercio de La Rochelle, en el programa de Bachelor Internacional, y es aquí donde viene ¡mi primer “shock”! (y quisiera aclarar que al llamarlo shock no hago  referencia a un sentido negativo), ¡fisonomías distintas!, ¡voces extrañas!  ¡idiomas diferentes a cada lado al que dirigía mi atención!: español, inglés, francés, chino,  alemán y otros más que no podía ni siquiera identificar. Sí, ¡tomaría clases con personas de diferentes nacionalidades!, eso me emocionaba bastante, nunca había tenido la oportunidad de estudiar y convivir tan de cerca con una comunidad tan diversa.  Pero no todo sería tan fácil como conocer gente, por que ahora habría que convivir y  trabajar juntos, trabajar en equipos donde estaba con 2 chinos, 1 alemán, 3 franceses, 2 españoles,  2 inglesas, suena muy bien pero al poner las cartas sobre la mesa resulta que todos y cada uno de los integrantes somos tan diferentes en manera de pensar,  y el primer reto era ponerse de acuerdo, mucho estrés, mucho tiempo a invertir, ¡mucho que aprender!
En cuanto al sistema educativo en el que me vi inmersa en mi escuela francesa, me percaté de muchas diferencias respecto al sistema que había llevado en Guanajuato. Por ejemplo, el nivel de exigencia es mucho mayor,  y el ambiente es muy competitivo. Pero para mi sorpresa  es muy raro que los estudiantes obtengan excelentes notas, precisamente por el grado de dificultad.
La metodología de trabajo es más práctica que teórica y está muy orientada hacia la investigación, al desarrollo de ensayos, artículos, proyectos, solución de problemas, etc., de hecho muchos de los exámenes son sobre desarrollo de temáticas, opiniones fundamentadas y aplicación práctica de lo visto en clase, no se trata tanto de memorizar conceptos. Otro aspecto que quisiera mencionar es sobre la cuestión del plagio, que es de suma importancia, ¡cero “copy paste” o “wikipedia”!, realmente no estaba acostumbrada a investigar, ni conocía la metodología para hacer citas, referencias o construir la bibliografía, y eso lo aprendí  con un rotundo cero en un trabajo, ya que es considerada una falta muy grave y sancionada.
Las clases  son impartidas en inglés y en francés, lo cual revolvió un poco mis neuronas en un principio haciendo un divertido  “frenchanglaispagnol” pero que con el paso de algunas semanas cada uno fue tomando su lugar y me permitió mejorar considerablemente mi aprendizaje  en idiomas.  Algo que aprecié mucho, fue el hecho de que tuve catedráticos casi todos con doctorado o profesionales dentro de su campo de enseñanza ¡y  lo mejor! de diferentes partes del mundo. Por ejemplo, con un perfil impresionante, mi maestra favorita: Dra. Taran Patel,  de India, especialista en “Management Intercultural”,  ha trabajado en diferentes países como Francia, España, Finlandia, Reino Unido, Estados Unidos, entre otros, y ha escrito numerosos artículos, publicado libros, y solo como dato curioso su asesor de tesis del doctorado fue un premio nobel.
En cuanto a los horarios de cursos me fue un tanto  difícil adaptarme a su método, éste consiste en cursos intensivos, es decir cada curso tiene una determinada duración de horas y estas horas pueden ser cubiertas en una sola semana según la disponibilidad de los catedráticos, por ejemplo, una misma materia 4 horas por la mañana y 4 horas por la tarde por tres días consecutivos a la semana, era demasiado para mi capacidad de atención y concentración en un mismo curso, puesto que estaba acostumbrada a clases de máximo de 3 horas y con receso a la mitad. No hay un plan establecido para los cursos, éste se consulta cada semana. Cada alumno tiene una cuenta en el intranet de la escuela en donde podemos consultar nuestros horarios, ver calificaciones, descargar archivos de las clases, consultar ofertas de prácticas, contactar  profesores, etc.
En la escuela hay diferentes actividades, talleres y deportes, así como una asociación de alumnos para los estudiantes internacionales que organizan diferentes actividades de integración como fiestas o viajes. En general los franceses tienen una actitud muy abierta hacia los estudiantes extranjeros,  lo cual creo que se debe a que su formación consiste en dos años de expatriación en diferentes partes del mundo. Sin embargo, el establecer una amistad no es tan fácil y lleva algo de tiempo, puesto que en general son muy celosos de su vida personal. El famoso “NO”, en México normalmente no estamos acostumbrados a dar como respuesta un NO de manera directa, con frecuencia lo disfrazamos para no parecer descorteces, pero estando en Francia me dí cuenta que para los franceses es de lo más normal decirte NO cuando en verdad algo no les apetece, sin ser una descortesía.
Pero claro que no todo se trata de ir a la escuela, el ser estudiante en La Rochelle implica también la diversión. En la  Rochelle, hay varios bares  o pequeños antros, pero sobretodo se acostumbran las fiestas en casas, donde son muy comunes las fiestas internacionales.
Sin duda  todas y cada una de las vivencias acumuladas a lo largo de mi estancia se convierten en un gran aprendizaje, que me ha hecho madurar, tener una visión distinta  y más abierta  donde el obtener el segundo título profesional se convierte en un logro secundario comparado con mi crecimiento personal.

Ale Saucedo Franco.

miércoles, 29 de julio de 2015

Ian en Suecia (DCEA-LRI)

Suena trillado pero, hay cosas que no puedes aprender en tu entorno normal, tienes que salir y aventurarte. Es tan simple, cuando no conoces nada, todo lo que te espera es aprendizaje. Mi nombre es Ian y estuve de intercambio en la ciudad de Västerås, Suecia. Suecia es un país moderno y seguro. Hay tantas cosas que podemos aprender de los suecos, es un país que ha aprendido a respetar las costumbres e ideologías de los distintos tipos de personas que viven en el país. Tienen una política abierta ante los inmigrantes, pero me gustaría aclarar que los suecos, desde mi punto de vista, son un tanto celosos de su privacidad, no entablan una amistad con tanta facilidad, así como estamos acostumbrados aquí en México. Como estudiante de intercambio note una distinción muy notable entre los los que éramos estudiantes extranjeros y los suecos. Puesto que un intercambio es una excelente forma de aprender otra cultura, podría concluir, que los suecos no buscan mostrarte su cultura, más bien todo depende de ti, todo depende de la iniciativa propia. Me gustaría aclarar este punto para que no haya malos entendidos, en comparación con nuestro país, los ciudadanos de Suecia, se muestran un poco herméticos a la hora de compartir su cultura. Suecia es un país innovador y creativo, en verdad que al recorrer las calles, los parques, al realizar tareas cotidianas en la vida, comienzas a encontrar detalles en todos lados que te hacen pensar, ¿Por qué no se me ocurrió antes? Para aquellos que buscan inspiración, una estancia en Suecia les puede favorecer bastante . Las palabras siempre se quedarán cortas en comparación de lo que se puede vivir en un intercambio estudiante, cada quien vive de distintas formas su intercambio, algunos lo aprovechan más que otros, sin embargo todos tienen en común, que una experiencia fuera de tu zona de confort, es y será algo que te marca de por vida. Los suecos como al menos dominan 3 idiomas, el hecho de que todos los suecos hablen inglés, permite que tu estancia sea mucho más sencilla y la comunicación no sea un impedimento. Elegí Suecia puesto que es de los países con un sistema moderno de estudios. ¿Cómo son los estudios en Suecia? Estudiar en Suecia es completamente distinto al sistema mexicano. En este país lo más importante es el auto aprendizaje y el trabajo en equipo. El gobierno de Suecia se hace responsable por los gastos de los universitarios, por lo cual asistir a la universidad es gratuito para todos los suecos y también para extranjeros, actualmente se está viendo un fenómeno en que hay mucha inmigración escolar, muchísimos estudiantes de España, India, China, Pakistán y Países africanos. Por lo cual entrará en vigor un cambio en algunas universidades, en el que se empezará a cobrar los estudios de Maestría a todos aquellos que no cuenten con ciudadanía sueca. Las instalaciones de las universidades son de excelente calidad, y los estudiantes mantienen el buen uso de las mismas, aquí no existe esa mentalidad de rayar mesas, destrozar aquello que se edificó con esfuerzo, puesto que se ve como el patrimonio de todos los suecos y de las siguientes generaciones. Existe demasiada libertad tanto para los estudiantes como para todos aquellos que trabajen en la universidad, lo que importa aquí son los resultados, no tu imagen, por lo cual puedes ver bibliotecarios en pantuflas, chicas en las oficinas con tatuajes, con piercings en la nariz o cejas, la idea de servicio con imagen empresarial, esa que está muy de moda, en el que todos deben tener uniforme o una imagen presentable no existe aquí, se te da la libertad de trabajar como quieras, siempre y cuando cumplas con tus deberes. Es el mismo fenómeno con los estudiantes, tienes todos los recursos a la mano, las sesiones con los profesores son solo de orientación, de enfoques, de presentar dudas, de discutir algunos puntos de vista. Los suecos suelen ser personas informales, puedes hablarles a tus profesores por su primer nombre y es lo más normal del mundo, no son seres omnipotentes ni poseedores del conocimiento único, sino que son gente que se ha preparado con anticipación, que sigue investigando y que aporta sus conocimientos a los alumnos. Todos los profesores son PhD, por lo cual cuentan también con la ayuda de un estudiante de maestría y un estudiante de PhD, para las labores académicas. Una diferencia importante es que uno escoge los cursos que son de su interés y no tiene que llevar una carga materias ya elaborada. Los semestres están divididos por dos periodos, por lo cual son 4 periodos en el año. En cada periodo tienes como máximo el llevar 15 créditos, existen materias que van desde los 3 hasta los 15 créditos. Por lo que es común que un estudiante lleve un solo curso en todo el periodo, lo cual le da la oportunidad de trabajar mientras realiza sus estudios. Cabe resaltar que en Suecia es muy común que al trabajar puedas elegir la cantidad de horas y los días que quieres trabajar, siempre bajo los límites que se te dan, por lo que un lunes puedes trabajar 4 horas y un jueves 7, y tienes que cumplir una cantidad de horas a la semana. Este sistema da la facilidad de combinar el trabajo y los estudios, algo que en México es casi imposible, puesto que te exigen estar en el trabajo las 8 horas de trabajo seguidas. En general se puede decir que los suecos han alcanzado una modernidad como comunidad y han sabido imprimirle ese sello social - liberal que tanto los representa.