lunes, 26 de mayo de 2014

Alumno de la Universidad de Guanajuato en la WVU: estudiar en otro idioma y en otra cultura.

Roberto Guevara estudió la Licenciatura en Relaciones Industriales.
En Agosto Diciembre 2009 realizó un intercambio en West Virginia University, USA por medio del Programa de Movilidad Estudiantil-UGTO.

Estados unidos es un país atractivo por su potencial económico y la exposición de su cultura ante el mundo. Estar ligado al país vecino del norte de una manera tan cercana me hizo querer conocerlo un poco más… quizá mucho más.
Desde el primer instante, cuando pisé el primer aeropuerto, noté las muchas diferencias entre USA y México. Me encontré con un reto enorme pero me sabía listo.
Llegar a Morgantown (después de varias horas de vuelos y esperas en aeropuertos) fue en sí, ya una experiencia sin precedentes; era el destino y mi casa por los siguientes meses. En las primeras horas del primer día viví el desfile de llegadas de compañeros de todas partes del orbe y de nuestros compañeros locales, quiénes llegaban para realizar su registro y acceso al siguiente semestre (que para nosotros no sólo eran rutinas y un semestre más, era todo).
El inicio fue de conocer: conocer el lugar, la gente, la comida, los servicios universitarios, el idioma… en fin, todo el nuevo mundo que antes no habíamos visto ni vivido.
Como Mexicanos (específicamente el grupo de 7 abejas que fuimos a WVU en el año 2009) tuvimos la gran fortuna de no pasar inadvertidos, tanto para las autoridades educativas como para los alumnos, ya que cada día teníamos algo que hacer y algo por compartir; esto nos ganó el reconocimiento de la gente que aún hoy, se acuerdan de nosotros 7 como “los mexicanos” que dejaron huella.
Cada día de los meses que estuvimos ahí, fueron días de experiencias y de aprendizaje. No hubo momentos grises o faltos de intensidad, nunca hubo rutina ni aburrimiento. No hubo malos recuerdos.
Vivimos las diferentes estaciones, desde el calor húmedo intenso, hasta el frío y nevadas. Participamos en eventos culturales, acudimos al estadio, fuimos a fiestas, festejamos y aprendimos. Nos inmiscuimos en sus tradiciones y ellos en las nuestras; viajamos y conocimos. Pero lo mejor, estuvimos a la altura del reto, ya que las clases son en inglés, pero nada que nos detuviera. Como anécdota, en varias clases debíamos exponer (obviamente en inglés) y estábamos muy nerviosos y con cierto miedo, sin embargo, hicimos lo propio y aun con las deficiencias del idioma, obtuvimos el segundo lugar de equipos (éramos 3 mexicanos compitiendo con otros 9 equipos de Estadounidenses).
West Virginia University brinda apoyo a los alumnos en todos los sentidos: religioso, económico, viajes (DC y NYC), conciertos, eventos deportivos, clases de apoyo, acceso al gym, alimentos gratuitos, eventos culturales diversos y excursiones.
El nivel educativo de West Virginia University es muy bueno, las instalaciones son de primer nivel, aunque la Universidad de Guanajuato no se queda atrás; las clases que hemos tomado tienen la particularidad de que están disponibles en línea y son presenciales al mismo tiempo. He encontrado similitudes con nuestra universidad, ambas mantienen un alto nivel educativo ya que en momentos sentimos que estamos en la UG y promueven la diversidad cultural respetando creencias. Los maestros y alumnos se han acercado a nosotros, son ellos quiénes muchas veces se presentan ya que les llama la atención nuestro acento y nuestra forma particular de ser.
Las diferencias entre los estudiantes norteamericanos y los estudiantes de la Universidad de Guanajuato, no son tan amplias, incluso la ciudad es muy similar a Guanajuato. Al igual que las abejas, los “mountaineers” (como se identifican los estudiantes de WVU) tienen sus ventajas y desventajas: en momentos se les nota apáticos en clase y en otros son muy activos y propositivos. Debemos tomar esta experiencia y lo mejor, es que estamos a la altura de enfrentar el reto sin problema alguno.
Al final y después de todo el viaje y la experiencia, me queda decir que valió la pena cada instante que vivimos en West Virginia, hicimos amigos y aprendimos mucho; nada quedó igual después de WVU. 

En este momento, mi experiencia laboral ha sido muy satisfactoria porque tengo una diferencia respecto a otros candidatos que han buscado empleos al igual que yo: estudios en el extranjero, un segundo idioma y una forma de pensar que las empresas y organismos quieren entre sus filas. 

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